domingo, 5 de abril de 2009

Amor platonico

Un amor platónico. No real. Un amor que no puedo definir, que solo existe en mí. He pensado tanto como definirte y duele no poder hablarte, ni escucharte, ni mirarte, solo contemplarte, y duele aún más saber que todo esto no es recíproco. Pero a veces no me importa vivir de ilusiones pues así soy feliz (solo de vez en cuando).
Pocas veces nos vimos pero aún así seguía tan vivo en mi todo lo que me hacías sentir. Fue tan chistoso como te conocí. En ese lugar tan aburrido donde mi humor era insoportable, y tú no me simpatizabas del todo. La primera vez que te vi, estabas tan serio que podría jurar que eras de esos muchachos engreídos que se creen mejor que todos. Te sentaste adelante en el autobús (en la primera fila), como para no cruzar palabras con nadie. Y te deje de ver. Hasta ese último día, en la extraña ciudad, donde ninguno de nosotros se sentía en casa y donde esa amiga nos presentó. En aquel instante cuando mire tus ojos, tu sonrisa, esa sonrisa tan apuesta, sentí que todo cobraba sentido. Pasaste de ser el mayor de los arrogantes en mi rango cualitativo de personas, a lo más hermoso que han visto mis ojos, a lo más educado que he podido imaginar. A ese príncipe, mi príncipe.
Y ahora estoy aquí, sentada, escribiendo algo que siento tan dentro de mí, en un lugar donde nada es secreto y si estás quizás tú puedas también leerlo.
Sabes, estás mas presente en mi mente que en mi vida. Eres más que un sueño. Menos que una realidad. Todas mis amigas saben de ti, porque en ocasiones solo es tu nombre que sale de mis labios y eres tu mi único pensamiento. Pero esto solo te hace más lejano, mas imposible.
Sé que como todas espero aquel amor perfecto, aquel príncipe azul que se que Dios tiene reservado para mi en algún lugar del mundo (solo quisieras que ese alguien fueras tú); aún así y aunque muy dentro de mi se que no es verdad, me arropa la necesidad de pensar, de sentir que algún día llegaras y dirás las exactas palabras que quiero oír salir de tu boca, las que necesita mi corazón, las que tanto espero. He comprobado que no importa cuanto tiempo este sin saber de ti, sin saber si ahora estas con alguien que es la que te acompaña en tu paso aquí por la vida. Siempre que regresas aunque sea para saludarme con el mas simple de los saludos, pero el que significa casi una dedicatoria de amor, es como la primera vez que vi tu ojos y tu sonrisa.
Ya se me acaban las palabras para decirte todo lo que significas para mi, aunque nunca lo sepas o quizás y aunque nunca te importe. Es un hecho que siempre voy a quererte, y a quererte mucho, así como hasta ahora lo hago, de la misma manera. Pues a pesar del tiempo transcurrido, de los 3 años y medio, nada a cambiado en mi.
Marie R. Viñas